Me flipan las cajas de luz. Imagino que como a todo el mundo, si no, no estarían tan de moda. Pero no me gustan tanto las cajas de luz con letras sueltas que vas cambiando el mensaje como las que ya llevan un mensaje y un diseño currado. El problema es, como me pasa a menudo, que no encuentro el mensaje que sienta como propio para colgar en mi casa, y al final siempre termino personalizándolo todo para hacerlo más mío y sentirme más identificada con ello cuando lo miro.
Así que estuve dándole vueltas para ver de qué modo hacer una caja de luz sin tirar de carpintería y bricolaje, que me molan, pero que sé que por aquí hay quien les tienen respeto y quería que fuera algo sencillo, fácil y que cualquiera pueda reproducir en casa.
Si a todo esto, le unes que me encanta hacer regalos «porque hoy es hoy» como decían en la publi de los bombones de la caja roja, pues el lío está servido.
Para ser sincera, quería hacerle algo chuli a Paula que la llevo mareada con las fechas, que se las cambio día sí, día no. Y ella siempre con una sonrisa. Si yo fuera ella, me caería mal, seguro 🙂
Si hay una frase que nos encanta es «Be happy, be hippie«. No sé de dónde la sacó, pero me la dijo un día de esos malos de verdad y nos echamos unas buenas risas a su costa. [modo storyteller off]
¿Qué necesitas para hacer una caja de luz?
- Pues un marco de fotos de esos gordotes. Ikea tiene uno perfecto para ello, así que no me lo pensé dos veces y me hice con uno de ellos.
- Barniz Cristal Frost que como su propio nombre indica, hace efecto helado.
- Guirnalda de luces. Ojo, que sea pequeña. Acorde al tamaño del marco.
- Mensaje en un vinilo/pegatina. También puedes usar un stencil y pintar con laca cristal o incluso chalk paint. Yo prefiero el vinilo porque puedo quitar el mensaje y poner otro cuando me canse.
El primer paso, desmontarlo para separar el cristal. Una vez el cristal está fuera, te recomiendo que lo apoyes sobre una superficie que no sea blanca porque si no, no verás dónde has puesto el barniz (es trasparente hasta que empieza a secar). Yo usé un trocito de cartón.
Mi consejo es que apliques una pasada horizontal y otra vertical, es decir, transversalmente.
Aplica mínimo un par de capas por cada lado del cristal. Verás que va secando muy rápido y que inmediatamente se vuelve blanquecino. Si además usas laca cristal en blanco, todavía ganarás en opacidad sin perder la transparencia que necesitamos. Pero esto va según gustos. Yo no lo he usado en este proyecto, pero sí en algunas pruebas que hice antes y quedaba más blanco.
Cuando haya secado, mete el cristal sobre la rejilla del horno 20 minutos a unos 120/150º. Sácalo con cuidado de no quemarte. Este paso lo puedes omitir, pero te lo aconsejo porque sirve para dar mayor dureza al barniz.
Y por último, el mensaje. Para esto usé uno de los vinilos personalizados que vendemos en la tienda. Simplemente preparé un diseño en mi programa de uso habitual y lo corté personalizado. Despegar, pegar, y ¡listo!
Las luces son guirnaldas de esas de lucecitas, también de la tienda sueca (cómo no!), pero si tienes unas por casa de Navidad: ¡¡recicla!! Estas son ideales porque van con pilas y tienen un interruptor para encender/apagar al gusto.
¿Cómo sujetarlas? Pues deben estar lo más alejadas posible del cristal. Así que lo mejor es colocarlas en la parte trasera (la tapa de detrás) y es demasiado delgada para unas grapas de tapizar. Por eso mi opción fue cinta adhesiva. En concreto de carrocero. Sé lo que piensas: es muy débil. Pero es que lo mio con la cinta de carrocero es para hacérmelo mirar. La uso para todo. Creo que solo me falta depilarme con ella 🙂
Un último consejo, intenta que dentro de la caja todo sea lo más blanco posible: pinta el interior de blanco y lo que uses para sujetar también, y si el cable de las luces es trasparente o blanco, mejor que mejor. Así todo se trasparentará menos.
Esta es la caja que le he regalado a Paula.
¿Te gusta? A mí me gustó tanto que me vine arriba y me lié con una para el cumple de Bosco, ¡que faltan más de tres meses! Pero la voy a usar en casa también porque me gusta mucho el resultado. Si quieres verla, tendrás que esperar un poco… ¡Te la enseñaré más adelante! 😛
Ah! Aquí no usé un marco de fotos, sino la minivitrina «Kasseby».
monica says
Buenos días,
me parece una idea genial, pero para los no entendidos, y salvo que haya leído mal, como pinta con el vinilo en el cristal?. ¿como separa las luces del cristal?
Gracias por su tiempo y sus consejos.
Monica
Paula Piqueras says
Hola Mónica,
Primero hay que quitar el cristal y aplicarle el barniz Cristal Frost. Lo ideal es hacerlo con cuidado e ir aplicando capas finas de barniz. Así conseguirás que no se note tanto la pincelada y tendrás un resultado más bonito. Cuando lo tengas listo, lo recomendado es que lo metas al horno unos 20 minutos.
En cuanto a las luces, utilizamos unas de Ikea y las colocamos en la parte trasera del marco (en la tapa) con un poco de cinta de carrocero. Parece que pueda ser un recurso un poco «feo», pero no se ve y al resultado queda perfecto.
Espero haberte ayudado un poquito más con tus dudas.
Un abrazo
Rocio says
Tengo una duda qué tipo de marco es y te hace falta poner alguna tabla o algo como final para hacerlo cubo ?? Mil gracias ansiosa por hacerlo
Paula Piqueras says
Rocío, nosotros utilizamos un marco de los de Ikea, muy parecido a este: http://www.ikea.com/es/es/catalog/products/00378403/
En la parte delantera pusimos un acetato y al final la tabla del mismo marco. ¡Es muy sencillo! Si te animas, nos encantará ver el resultado 😛
Giancarlo says
En el caso de no tener horno que recomiendas
Paula Piqueras says
Lo recomendable es meterla al horno porque lo endurece y le da fuerza. Si no tienes horno y vas a hacer algo que es decorativo, no pasa nada. Sino… ¡Que alguien te preste el suyo unos segundos! 😛
Raquel says
Como escondes la caja de las pilas de las luces? imagino que va por fuera pero no se exactamente de qué manera. Gracias.
Paula Piqueras says
Raquel, hay que hacer un trampantojo 😛
En este caso, no las escondimos, pero al colocar la caja de luces no se ven.
Puedes meterlas dentro de la tapa o ocultarlas con un poquito de cinta. ¡Échale imaginación!