En fin, ahí va eso…Mis queridas compañeras de trabajo, y mentoras de este blog, Belen y Paula, me han invitado amablemente 🔫 a escribir este post sobre mi primera experiencia Chalk Paint.
Me presento, me llamo Nuria y hace unos mesecitos empecé a trabajar en Pintar sin Parar, y a intimar con esto de la pintura. Entre tarea arriba y tarea abajo, hace poco me lancé a probar con unas pinturitas de colores que enamoran y son de lo más tendencia: la Chalk Paint, así que pasé de trabajadora a clienta con unos cuantos clicks en la web.
Así fue mi experiencia Chalk Paint
Elegí dos colores muy ‘cuquis’ para aventurarme a hacer, quien sabe qué: el Mint y Rosa Capricho de La Pajarita, pero eso, es que eran muy bonitos y a mí me cuesta poco comprar.
Llegado el momento, ¡manos a la obra con la Chalk Paint!
Busqué objetos por casa que pudiese pintar sin dolor a hacer alguna cagada, hasta que encontré una vieja caja de madera cuadrada.
Previamente a esto, había estado escuchando en la oficina como un grupo de expertos en pintura (dícese de compañeros de trabajo), atendían amablemente las dudas de clientes, por lo que ya contaba con algunas nociones para seguir ciertas buenas prácticas y que ‘mi proyecto’ quedase bien. Así que limpié bien mi cajita mientras reflexionaba qué diseño iba a plasmar en ella.
Empecé dando una primera capa con la que comprobé que tenía mucha cobertura esto de la Chalk, pero acabé dando una segunda porque el color de base de la caja era madera oscura y no quería que se notase. Quedó estupenda con dos capas.
Luego, dí un toque de verde rompiendo una diagonal de esquina a esquina para formar un triángulo, y chapó, terminé.
Acabé haciendo algo muy simple, soy de las que pienso que “menos es más”, pero oye, la cajita era ideal para dar un toque muy en consonancia con el ambiente que tengo planteado en mi dormitorio.
Sin embargo, me supo a poco y, ya que había ensuciado los pinceles y tardado tan poco, pensé en buscar algún otro objeto más para pintar.
Encontré una vela de Ikea en vaso de cristal y a por ello… Pero aquí la experiencia no fue tan molona.
- Primer error, mi impaciencia por pintar una segunda capa sin secar del todo la primera
- Segundo, que es cristal, y claro, ya sabemos que esta superficie es más resistida.
Pero bueno, lo arreglé medianamente y aunque me arrastró pintura en algunas zonas, deje secar bien y una última capa lo solucionó. Un vaso de vela a conjunto fue el resultado.
Pues eso, de vuelta a mi dormitorio, encontré los amigos perfectos para mis nuevas creaciones. Confieso que la elección de estos dos colores había sido en cierta forma premeditada. La entrada a mi dormitorio sólo está permitida a objetos encajan con una gama de color que ideé en su momento para mantener una armonía en la decoración y sabía que estos dos colores encajarían para hacer alguna cosita para este espacio.
Finalmente, unas láminas de la diseñadora Vontrueba con formas geométricas, unas velas, un jarroncito… Y mi bodegón estaba listo. ¿Te gusta?
Creo que esto de pintar es algo que engancha y creo que este ha sido el primero pero no va a ser el último. Ya estoy imaginando un montón de rincones y cosas aburridas que tengo por casa y… ¡Me piden a gritos que les cambie el look!
¡Hasta pronto guapi! 😉
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