Como ya te conté en el anterior post, este verano decidí redecorar mi habitación y cambiarle totalmente el estilo. Estaba cansada del color rojo y decidí pasarme a tonos más neutros que me transmitieran tranquilidad y que, además, acompañaran a la colcha de mi abuela paterna (cada vez que la miro me gusta más).
En este antes y después, pudiste ver el cambio que dio el dormitorio (parecía otro, ¿no crees?). Pues bien, hoy quiero centrarme en el que para mí fue uno de los elementos que marcó ese antes y después: el cabezal. Quiero enseñarte lo bien que me lo pasé diseñándolo y pintándolo. Una pieza que me tiene encantada y que da mucha personalidad al dormitorio. ¿Quieres ver cómo lo hice? ¡Al lío!
Teñir cordón con Chalk Paint para hacer un cabezal
Los principales elementos del cabezal son tres: varillas de madera, cordón natural y chalk paint (dos colores de Chalk Paint para combinarlos: el Cape Town Blue y el Taupe Sophistication). Elementos que por separado pueden parecer poca cosa, pero que al combinarlos forman el equipo perfecto.
Lo primero es cortar los listones de madera y realizar, con ayuda de un taladro, los agujeros por donde pasarán después los cordones. Apóyate en una superficie firme para poder realizarlos cómodamente.
Ahora llega el paso más divertido. ¡Aviso! No apto para la gente que no le gusta mancharse. Llena un cubo con agua caliente (muy caliente) y añade al agua dos cucharas de Chalk Paint. Remueve la mezcla hasta que quede homogénea y, a continuación, mete los cordones dentro y haz que se impregnen bien. Ponte guantes, si no quieres acabar igual que los cordones 🙂
Una vez los cordones estén bien empapados, sácalos del cubo y tiéndelos hasta que sequen.
Si quieres que el tinte quede homogéneo, deja los cordones en agua durante 24 horas y remueve de vez en cuando. Como yo quería un aspecto Tie-Dye, solo los metí en el agua caliente, les dí un par de vueltas y los puse a secar. Así conseguirás que el color sea más intenso en unas zonas que en otras.
Cuando hayan secado (si hace calor, los tendrás listos en un ratito), es hora de ponerse manos a la obra.
¡Consejo! Añade un trozo de celo en la punta para que sea más cómodo introducir el cordón y no se deshilache.
Haz un nudo en los extremos de cada cordón sin tensarlo demasiado y que sirva de anclaje. El cordón restante, córtalo. En la foto de abajo ves el cabezal con los extremos del cordón sin cortar.
Para conseguir una mayor fijación en los nudos y que no se deshagan, aplica unas gotitas de silicona.
Y listo. Este fue el resultado:
¿Qué te parece el resultado final? ¿Te gusta? ¡Anímate y haz el tuyo! Sólo tienes que pensar el diseño y seguir los pasos 😉
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