Antes y después de un dormitorio con chalk paint

Los antes y después nos encantan. ¡Reconozcámoslo! Nos hacen ver que todo es posible y que cambiando algunos detalles, como la pintura o los textiles, podemos conseguir un espacio super chulo y totalmente diferente.Pues bien, hoy quiero enseñarte el antes y el después de una parte de mi casa: el dormitorio. Los gustos van cambiando y la decoración que hace unos años me volvía loca, ahora me tenía un poco cansada. Así que no me lo pensé y… ¡me puse manos a la obra! ¿Quieres ver más detalles? Venga, que te cuento como pintar tu dormitorio con chalk paint 😉

Pinta tu dormitorio con chalk paint

El antes: rojo y más rojo

Siempre me ha gustado mucho el rojo y nunca he tenido complejos para aplicarlo a la decoración de un dormitorio donde habitualmente se recomiendan azules y verdes (colores relax), pero la decisión de optar por ese color venía condicionada por otros motivos: tenía una colcha de mi bisabuela materna que me flipaba, así que traté de adaptar todo el dormitorio a ella, pero sin mucho éxito. A pesar de tener piezas sueltas que individualmenre me gustaban, el conjunto no funcionaba, así que con el verano y las vacaciones de este año, había llegado el momento de algo diferente. Además, ver todo tan rojo y chillón me alteraba un poco… ¡Era hora de hacer un cambio!

El después: keep calm

Con tanto color a la vista, tenía ganas de decorar mi habitación con tonos más neutros: colores que me transmitieran tranquilidad y serenidad tal y como habitualmente os aconsejo, pero que yo no había aplicado (en casa del herrero…) 🙂 No se porqué, ¡ahora me lo pedía el cuerpo!

Así que opté para pintar mi dormitorio con chalk paint por el azul y los tonos tierra como protagonistas de la habitación y modifiqué tres elementos básicos para conseguir el efecto de cambio radical.

Los cojines

Se trata de unos sencillos cojines de Ikea. Los azules son unas simples fundas de almohada. Ls crema son unas fundas que se venden junto a una colcha, pero que tuve la fortuna de encontrar en la sección outlet de la tienda sueca a precio de risa. Y los blancos están personalizados con un estarcido, pintados con la chalky look de Fleur Paint y una de sus bonitas plantillas (te cuento cómo lo hice en otro post). Yo creo que son los elementos que aportan frescura y vitalidad a la habitación.

¿Por qué Chalk Paint y no pintura para tela?

Para ser sinceros, aunque la chalk paint se vende como una super pintura (y lo es) que sirve para cualquier superfície, la verdad es que para tela yo siempre prefiero usar una pintura especial para tela como por ejemplo la de La Pajarita, que tiene una relación calidad/precio insuperable. Pero en este caso, como se trataba de un cojín, que es una tela más gruesa y sin caída, me valía la chalk paint. Desde luego, si hubiera querido pintar una camiseta o un mantel, algo que necesitara repetidos lavados (no solo con agua fría) la pintura para tela habría sido la mejor opción. En este caso, me importaba más el color. No me apetecía estar haciendo mezclas para conseguir el color que buscaba y Fleur lo tiene de serie en su carta de color (Istambul Interior).

El cabezal

Hecho con listones de madera y cordón natural que tinté también con la pintura que usé al pintar el resto del dormitorio con chalk paint. Así conseguí un conjunto coordinado con homogeneidad en la armonía de color. Como con los cojines, dejo el paso a paso para un próximo post 😉 pero aquí tenéis una imagen sin los cojines para apreciarlo mejor.

 

La colcha

La elegida ha sido una colcha de ganchillo con un color más natural. Una vez más, con un significado muy especial también: fue una de las que tuve en mi dormitorio de pequeña y que hizo mi abuela paterna. Quedará mal que lo diga, pero lo de mi abuela con el ganchillo, no era normal: era muy, muy buena con ello. ¡Qué buenos recuerdos!

Todo junto, creo que no superó los 25 euros. Así que como ves, muchas veces cambiando pequeños detalles, puedes conseguir grandes cambios. Como en este caso, un cambio de colores y de estilo, que ha significado un cambio radical. ¿No crees?

Para mejor, ¿verdad? Bueno para gustos, ¡colores! 🙂