El color amarillo era mi color preferido cuando era pequeña y, no sé si por utilizarlo en exceso, acabé odiándolo. Así que cuando Belén me planteó escribir este post y defenderlo como color del mes, me hizo un poco la puñeta. Pero la jefa manda, así que si para ella agosto es el mes amarillo, ¡viva el amarillo!
A pesar de eso, me quejé durante varios días y no estaba nada motivada, pero cuando empecé a buscar ideas e inspiración… ¡Aluciné! ¿Pero cómo podía quedar tan bien este color en la decoración? Así que venga, ¡al lío!
¡Toc, toc! ¿Hay alguien en casa? Estas puertas de color amarillo son tan llamativas que te invitan a entrar.
Si no te cortas un pelo y siempre lo das todo: Amarillo, mucho amarillo en tu decoración.
¿Por qué no en otros ambientes? Me parece un color ideal para incorporar en la cocina. ¡Viveza!
Aunque yo lo prefiero en pequeñas dosis que hagan especial (y original) una estancia. Genial para personalizar muebles auxiliares, mesas e incluso una escalera. ¡Alegría, alegría!
Pero si tuviera que pintar alguna cosa con este color serían… ¡Las sillas! Un toque colorido (que no excesivo) en casa. Si te animas, puedes usar el Love in Portofino para personalizarlas.
Después de tantas ideas bonitas, le he cogido un pelín de amor a este color. Y tú, ¿odias o amas el color amarillo?
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[…] porque la superficie de la maleta no es lisa, pues me lancé con el amarillo, que para algo es el color del mes de agosto y me pareció un color alegre para combinar con las partes negras de la maleta que no pensaba […]