¿Conoces a Susana Torralbo? Es una gran profesional de la comunicación, el marketing, la publicidad y con muy buenas dotes para la fotografía.
Hoy queremos enseñarte el proyecto de una valiente. Susana Torralbo encontró el piso de sus sueños hace unos meses pero había algo que no encajaba: la cocina. La verdad, a nosotros tal y como estaba nos parecía bonita.
Pues ahora, después de la pintura es… ¡Impresionante! Sigue bajando si quieres ver el resultado
La experiencia de Susana Torralbo pintando su cocina
Podemos decirte que pintar tu cocina es fácil, pero no hay nada mejor como que te lo cuente la persona que lo ha vivido en sus carnes, ¿verdad? Así que le pedimos a Susana que nos contara su experiencia y, como es una tía taaan maja, nos envío en seguida su testimonio.
Desde que dejé Sevilla y vine a vivir a Barcelona, he estado en búsqueda y captura de un espacio en el que sentirme cómoda y a la vez poder desarrollar una parcela muy importante de mi trabajo: la fotografía de producto. La luz es mi materia prima, así que vivir en una casa luminosa es algo que va mucho más allá de mis gustos personales. ¡Es una necesidad! Por eso, cuando me topé con este loft tan amplio, con esos ventanales gigantes, no lo dudé. Supe que era el sitio perfecto para mí. Se trata de una antigua fábrica textil que han restaurado como vivienda, manteniendo las vigas de madera del techo, los espacios despejados y, sobre todo, las ventanas de 5 metros de alto, que literalmente me dan la vida. Sin embargo, no todo iba a ser perfecto. Los anteriores inquilinos habían dejado la vivienda en un estado lamentable: paredes, suelos, puertas… y cocina. Todo estaba hecho un auténtico desastre, pero la cocina se llevaba el premio gordo. Había arañazos por todas partes. En su día, debió ser una cocina realmente bonita. Es muy grande y funcional, con un diseño moderno y minimalista. Pero no había mueble que no tuviera su buena dosis de arañazos. ¡Una auténtica pena!
Al estar abierta al salón y tener bastante protagonismo dentro de la casa, no podíamos dejarla así. Pero tampoco podíamos permitirnos invertir en una cocina nueva. La solución más viable era pintarla. Pero admito que yo sé muy poco de estas cosas y no tenía ni idea de si existía alguna pintura especial para cocinas, que me permitiera limpiar los muebles y tenerlos decentes a largo plazo. Por suerte, Belén me asesoró, me contó qué tipo de pintura me venía mejor y me orientó sobre la cantidad que necesitaba. ¡A mí se me hacía un mundo! Pero cambié de opinión en cuanto recibí el kit. Aluciné porque no sólo venía la pintura. Tenía todo lo que necesitaba (cubeta, rodillo, imprimación, plásticos…). Cuando digo todo es literalmente todo. No me tuve que preocupar de pensar en nada, simplemente tenía que pintar. Y esa fue otra gran sorpresa, porque sólo me llevó una tarde. Pensé que iba a ser mucho más laborioso, pero lo único que tuve que hacer fue desmontar las puertas (que es quitar 4 tornillos), dar la imprimación, un par de capas de pintura y listo. Empecé a mediodía y a última hora de la tarde tenía una cocina nueva. Y preciosa hasta decir basta. ¡A las fotos me remito! Y aquí sí que puedo decir que no se debe a mis dotes de fotógrafa, que en vivo y en directo también está así de bonita.
¡No puedo más que daros las gracias!
El resultado de la cocina: el después
Esto pinta bien (nunca mejor dicho ). ¿A qué tienes ganas de ver el cambio?
La verdad, agradecemos mucho que Susana haya sido tan generosa y se haya animado a compartir contigo su experiencia. Y con esto, ¿a qué te están entrando ganas de renovar tu cocina?
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